OLIVA-CD.LLOSA

El Llosa cae ante el Oliva en un choque disputado sin luz y bajo la incesante lluvia

El Llosa no ha podido seguir esta semana con la racha sin derrotas con la que ya venía acostumbrando a sus aficionados, y que ayer iba a ser la tercera. Esta jornada cayó ante el fuerte Oliva, en un partido que los chicos de Gonzalo Gómez preferirán olvidar más por las circunstancias en que debió disputarse que por el marcador final.Y es que el resultado negativo sólo es comparable a las dificultades técnicas con que ayer debieron enfrentarse antes, durante, y después del choque.Con la lluvia como definitiva protagonista de la tarde, el enfrentamiento ante los primeros clasificados del grupo no tenía tanta importancia como la necesidad de permanecer de pie y sin caer al suelo, en un terreno completamente inundado y bajo una lluvia incesante y dura, dominada por las fuertes rachas de viento que impedían siquiera el movimiento en el campo.Pero de nuevo los árbitros tomaron la decisión final, y ésta en ningún momento fue la de detener el encuentro, ni siquiera cuando la tormenta cortó la luz del campo y los capitanes debieron alentar a los suyos a seguir con la lucha en la penumbra.Respecto al juego, el Oliva fue claro ganador de la tarde. Por algún motivo lidera la tabla, y es por la buena técnica de los suyos. Ayer supieron aprovechar los pocos errores defensivos del Llosa, y cada uno de esos errores se convirtió en un tanto más en el marcador a favor de los fuertes alicantinos.Con todo, los dos primeros goles ya habían marcado la marcha del juego. El que estrenó el marcador fue también el que más rompió la moral a los chicos de la Costera, y el segundo acabó de minarla. Y es que un gol en el minuto 10 tiene un potente poder desmoralizante, aunque no tanto como si éste ha tenido lugar a los tres minutos de dar comienzo el tiempo. Ocurrieron las dos cosas.El Llosa sólo podía despejar, defender su terreno e intentar evitar que los anfitriones se acercaran al guardameta, pero fuera de casa, sin luz, ya con tres goles en contra y ante el mejor clasificado del grupo, la intención de resistir era más bien una odisea.Pero aguantaron el temporal, aguantaron el agua que caía, aguantaron el chaparrón de goles y mucho más, ofreciendo el mejor juego posible bajo condiciones tan poco favorables, y sabiendo que difícilmente podrían haberlo hecho mejor.

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